Publicado: Vie Oct 05, 2012 4:59 pm Título del mensaje:
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Encuentro con los indios Bari
3ra parte.
En la misión Franciscana, los Ángeles del Tucuco. 1960
A la izquierda, el topógrafo Leandro longo, a la derecha, el Ing. John Lampe.
Y al centro Fray Adolfo de Villamañán. Director de la misión.
Al fondo el edificio de la misión, la Iglesia, el colegio, y el Jeep.
La pacificación y evangelización de los indios Bari se debe a Villamañán quien junto con Fray Cesáreo de Armellada en 1945 iniciaron su labor por estas tierras. Organizaron vuelos en avioneta y helicópteros arrojando paquetes y utensilios que ayudasen como ropa, ollas y machetes.”Bombas de buena voluntad” En 1960 se termino de construir esta misión, he iniciaron un mapa de los bohíos y a visitar en helicópteros los mismos. El Ingeniero Antonio Vicentelli fue el primero que aterrizo con un helicóptero en un bohío, fue muy emocionante y peligroso porque no se sabía como reaccionarían los Bari, Aquí en Venezuela a los franciscanos Villamañán y Armellada se les consideran unos héroes.
El ambiente del campamento era de gran bullicio, Cantos de aves, gritos agudos de los Tucanes, La cháchara continúa de los monitos cara blanca asediando la cocina, los perritos del cocinero ladrándole a los monitos para mantenerlos a raya,… En las noches solo se escuchaba el canto de insectos y pequeños sapitos.
Para orientarse y lograr la posición y debido a que el dosel de la selva era muy alto y no se veía el sol, debían hacerlo por las noches, con el teodolito, fijaban la posición geográfica por medio del azimut de la estrella Sirio de la constelación del Can mayor, tenían que salir en las noches, buscando un claro, esto se hacia a pie con linternas, a medida que se avanzaba se iba silenciando la selva, pero vente pasos después se volvía a renovar el canto, (ir apagando la selva).
Después de cruzar el Río Catatumbo he instalado el campamento y siendo de día, de repente… un silencio…se apago la selva, solo el murmullo de las hojas en las copas de los árboles..Se callaron las aves, se fueron los monos.
Los hombres del campamento sintieron la aprehensión… viene algo, la calma que precede a la tempestad, como a la hora aparecieron los indios, al principio tímidamente,,, luego de roto el hielo,,,,,pasa esta es tu casa.
En la grafica se aprecia la baja estatura de ellos, a la izquierda el Topógrafo “Longo” quien es de 1.8 metros de estatura, y la derecha Libertino Ricci y Antonio Vicentelli con filmadoras 16 mm. Los padres capuchinos de la misión del Tucuco le habían suministrado a Papá un diccionario. Vocabulario barira (Dobokubi)
De la lengua de los Bari, el cual conservo. Este es muy escueto, creo que le faltaban muchas palabras para poder tener una conversación fluida con ellos. Este dialecto es muy corto, glotal en los acentos, es una especie de gestos mezclado con palabras, no se les conoce escritura, y si no fuera por las punta de flechas de metal, y las ropas que le suministraban los misioneros se podría decir que eran paleolíticos, para la fecha de la expedición en 1960.
Joven Bari
Ellas usan esa falda suministrada por los misioneros. (Dukdúura)
Guayuco de mujer. Originalmente eran hechas de tejido de palma de Moriche.
De la palma de moriche se hacen, trajes, Chinchorros, arcos, y puntas de flecha, techos para los bohíos,
Clásico Bari
Esta foto tomada por Papá la llamo, moda Lucki Strike.
Por el cartón de cigarrillos que uso como única prenda de vestir.
Voz Indígena: tarigbará = Guayuco de hombre
Nótese lo largo del arco y flechas que llevaba este hombre.
En esta grafica se aprecia al cacique, ( Voz indígena Táita = Padre) de calzón azul.
La sorpresa fue que sabia hablar un poco de Español, y que sus rasgos no eran Bari. Al preguntarle por su nombre dijo llamarse “José” Se le calculo de una edad de 17 años aproximado. El promedio de vida de los indios de la selva era aproximado de treinta años. Todos los que llegaron eran jóvenes.
[img]
http://i1324.photobucket.com/albums/u61 ... img477.jpg
Ellos se quedaron a vivir en la expedición y seguían al campamento que se mudaba cada 10 km. Les encantaba tres cosas, Los chinchorros o hamacas de tela, Las galletas y pasear en los jeeps
Acompañaban en la selva a los topógrafos, en eso se respiro mas tranquilo. Rastreadores y cazadores como ellos no hay. Era fantástico verlos encender fuego frotando dos palitos. Llama mucho la atención su técnica, pues es igual a la usada por los indios Norteamericanos, entorchan una vera en la cuerda del arco, para empujar arriba, un trozo de madera y abajo una tablita con una muesca con yesca, se mueve el arco como quien toca un violín, haciendo girar la vera como un torno. Pero este sistema les dañaba la cuerda, así que en ocasiones frotaban la vera con las manos haciéndola girar, esto lo hacían entre dos. No lo hacían todo el tiempo, ellos encendían el fuego en sitios donde el terreno fuese muy seco y en verano, en invierno, o sea en época de lluvia, cuidaban el fuego, y para movilizarse, usaban un especie de morral, hecho para variar de Moriche, donde llevaban las brazas y detrás del portador iba otro cuidando que no se apagase. La humedad en la selva en invierno puede llegar al 80%, si pierden el fuego es una tragedia, ni con fósforos encendería a menos, claro esta, con gasolina o kerosén, pero ellos no tenían eso. No podían comer los alimentos de la expedición, se intento y se enfermaron, no toleran las grasas, comida frita, condimentos, etc.
No conocían y no comían el arroz ni los granos en general, solo el maíz. Ellos comían tubérculos que sembraban, Yuca, plátanos, frutas, peces, Pavas de monte ”Paují”, Dantas y monos los cuales arrojaban tal cual en el fuego sin preparación. Libertino Ricci me contó en una ocasión, que no podía olvidar el olor de los pelos quemándose y el aspecto humanoide de estos. Para los “blancos” era bastante repulsivo, para ellos un festín.
Ellos cantaban, y se morían de la risa al escuchar sus voces gravadas en “Magnetófono”
También era motivo de risa y burla, los vellos en el pecho y la barba de los “blancos” y mas el pelo rubio de Ricci, pues ellos no tienen vellos en el cuerpo.
En los campamentos sucesivos hubo un cambio, en la expedición se contaban con perritos, que el cocinero amarraba al lado de la cocina porque en el día era asediada por monos cara blanca, los pobres perritos al final del día terminaban afónicos de tanto ladrar, al llegar los Bariras, desaparecieron como por encanto. Los Barira se comen a los monos y los monos lo sabían, los perritos descansaron. Ellos también tenían sus perritos (durába)
y macotas como Zarigüeyas, los cuales mimaban. Cuando ellos tenían hambre se sobaban la barriga en circulo y diciendo,.- angánga, angánga,-(comer). Y cuando estaban satisfechos, señalándose con un dedo en la barriga, y puyándosela en cada palabra, decían,.- aapí, aapí.
No falto la parte jocosa de que el Bari se le quedara viendo fijamente a un obrero y le dijera .-angánga-. y este echara a correr.
Ellos no eran ladrones, eran incapaces de tomar nada , pero si dejabas unas monedas encima de la mesa es probable que se convirtieran en puntas de flecha.
Al enterarse la prensa escrita de Venezuela de que en la expedición se había hecho contacto con los Bari, hecho inusual para la época. Se presentaron en el Campamento del Catatumbo reporteros de la revista “Momento” de cobertura nacional. Ellos en sus encabezados escribieron, Encuentro con los Motilones. Este nombre no es el correcto, es el nombre que les da el vulgo “civilizado” pero en verdad es una referencia despectiva de otras tribus hacia el corte de cabello que ellos usan para evitar los piojos, decirle Motilón, equivaldría a decirles “Piojosos” Si se le preguntaba a ellos, respondían, “Bariras”, que en su idioma se traduce en “Gente” Publicaron estas fotografías.
¡OH Sorpresa!. Al publicarse la fotografía del indio “José”
A un rico hacendado Zuliano le secuestraron un hijo de cuatro años de edad, por tres braceros Colombianos que fueron despedidos de la hacienda por robo, estos en venganza le secuestraron al niño. La guardia Nacional batió fuertemente la selva en su búsqueda, fueron capturados los delincuentes, pero ellos abandonaron al niño en la selva, que fue encontrado, y adoptado por los Bari, al estos ser de carácter nómadas era casi imposible encontrarlo. Al publicarse la fotografía del Táita “José” en la revista, su madre lo identifico. Lo llevaron en el jeep hasta machiques para reencontrarse con su familia.
Atentamente: Maack lampe
En la siguiente entrega “La tecnología de las flechas y luego las anécdotas del Willys en la selva.
Ultima edición por maack lampe el Sab Nov 10, 2012 10:32 pm; editado 1 vez